Una evaluación realista del desarrollo económico y social de Myanmar no es fácil después de los años de aislamiento. Después de las primeras elecciones libres de 2015, Myanmar se enfrenta a un laborioso y difícil proceso de transformación política. Y Myanmar sigue siendo uno de los estados más corruptos del mundo. Hace apenas unos años, alrededor de una cuarta parte de la población vivía en la pobreza absoluta, y la proporción es mucho mayor en las zonas rurales. Durante décadas, no se prestó suficiente atención al sector de la educación. Y no sólo para la apertura económica y el desarrollo del país, sino también para el proceso de democratización se necesita urgentemente personal cualificado. Hasta el día de hoy, la gente sufre de una infraestructura en mal estado, la falta de oportunidades educativas y una atención médica deficiente. El golpe militar del 1 de febrero de 2021, con sus dramáticas consecuencias, también obligó a gran parte de la población a abandonar sus pueblos y ciudades familiares. Tuvieron que huir a otras regiones del país.
Kolping in situ
En Myanmar, la Asociación Kolping cuenta actualmente con 1000 miembros, distribuidos en 60 Familias Kolping. Kolping Myanmar se centra en el desarrollo de la Asociación como en la promoción de pequeñas medidas de generación de ingresos a nivel de las Familias Kolping.
Formación en Myanmar
El golpe militar de 2021 llevó a Myanmar al caos: decenas de miles de personas fueron desplazadas, las escuelas tuvieron que cerrar y los planes de futuro de la generación joven se rompieron bruscamente. Sin embargo, Kolping quiere dar a estos jóvenes una perspectiva de futuro.
En cursos de formación de corta duración, los hombres y mujeres jóvenes pueden aprender una profesión en el sector de la salud, lo que ayuda a todos: a ellos mismos y a la población sufriente. La formación de auxiliar farmacéutico dura dos meses, la de enfermera, seis.
En la actual situación de inestabilidad política, la formación constituye una gran esperanza. Porque la formación y el conocimiento son siempre una buena inversión, también en tiempos de crisis.
