Estimada amiga Kolping, estimado amigo Kolping:
Seguro supiste que el lunes pasado, un ataque ruso provocó la destrucción de un hospital pediátrico. Incluso a nosotros, que nos vemos obligados a vivir esta guerra cotidianamente hace más de dos años, estas imágenes nos resultan especialmente terribles. El bombardeo masivo de Kiev fue uno de los ataques más tremendos que hubo hasta ahora.
Hoy te escribo directamente desde Czernowitz para que pienses de nuevo en las personas que viven en Ucrania. Y te agradezco por tu ayuda incansable en este difícil tiempo que venimos atravesando. Nos resulta de enorme importancia.
La situación en Ucrania empeora día a día. Ya no hay una sola familia que no esté enlutada por la pérdida de un hermano, un esposo, un tío, un primo o un amigo cercano. También nuestra vida cotidiana es cada vez más difícil. Incluso ahora en verano, cuando la generación de energía solar es más eficiente, tenemos diariamente entre 10 y 12 horas de corte de luz en todo el país. Esta situación es particularmente grave para los niños y para las personas mayores que no huyeron de su país.
En mitad de todo este sufrimiento, Kolping es un verdadero destello de esperanza. Mediante donaciones y ayuda voluntaria, seguimos enviándoles transportes de ayuda humanitaria a las Familias Kolping. Lo que se necesita con mayor urgencia es ropa para niños, productos alimenticios y grupos electrógenos de emergencia. En mayo último, enviamos 25 grupos electrógenos a la región de Járkov. Además, intentamos suministrarles vendajes, medicamentos y equipamiento a los hospitales.
En ese sentido, uno de los viajes que hicimos a fines de junio fue especialmente conmovedor: Llevamos dos toneladas de suministros de ayuda a Pervomaisk, a un internado para niños con necesidades especiales. Entregamos ropa, zapatos, golosinas y juguetes, fruta y bebidas. La alegría de los niños fue sobrecogedora. Ayudaron a descargar los regalos con gran entusiasmo, los contemplaron con alegría y se alegraron por cada tableta de chocolate y por cada pelota. La bendición de Dios y estos encuentros nos dan a todos nosotros las fuerzas para seguir adelante.
Lamentablemente, aún no se vislumbra en absoluto el final de esta pesadilla. Estimada amiga, estimado amigo, te pedimos que nos sigas acompañando. Tu donación llega exactamente a quienes deseas ayudar: a las personas en Ucrania.
Con mi profundo agradecimiento.
Tuyo
Vasyl Savka
Director Ejecutivo de Kolping Ucrania
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